Los niños nos recuerdan que el tiempo pasa deprisa, crecen día a día, risa a risa, y es el reflejo en el espejo de nuestro propia vida la que nos dice que son felices.
Jorge, sereno y guapo, e Irene pequeña y pizpireta, dos hermanos unidos por el Pan nuestro de cada día, en una tarde divertida, calurosa, y diferente en la que ambos se lo pasaron en grande, donde el pan se amasó en el césped, el cajón del pan descansó entre las rocas y después fuegos artificiales de harina volaron por la Panadería de Mis Tres Niños.
El tiempo no puede atesorarse, avanza, pero sí podemos, gracias a las Fotografía, pedirle prestado risas, carreras, ilusiones y miradas de dos hermosas vidas, Jorge e Irene.
Gracias Blanca y familia por esta locura hecha realidad.