Jugar, divertirse, soñar…eso es lo que yo entiendo por Navidad en Familia, disfrutando con los que más quieres, aquellas  personas que vivan o no bajo tu mismo techo, son parte de tu existencia. Así que ni más ni menos, Bienve, gran aficionado al teatro y a todo lo que resuene a bambalinas, organizó una mañana jerezana de títeres navideños. Después nos encaminamos a disfrutar de la mejor gastronomía en el Reino de León, un lugar donde el tiempo se detiene para saborear el dulce placer del disfrute del paladar y de una charla sin más, y aún más si mi hermano Alfredo nos aconseja. Gracias Oscar y José Luis. Y tras el delicioso Coulant de Chocolate, las neuronas comenzaron a orquestar, Julia y Arantxa soñaban con convertirse en «Mini-Beauty´s» y ¿porqué no?

De vuelta, de prisa y entre muchas risas, encontramos vestidos, joyas, se empolvaron la naríz y se adornaron el cabello, su entusiasmo contagioso se vislumbraba en el brillo de sus ojos, y esa inquietud de jugar a ser mayores se entremezclaba con la importancia de sentirse protagonistas.

El sol se iba relegando a la noche invernal, pero no nos rendimos, corriendo, corriendo llegamos a la playa, y entre barquitas y el último suspiro del día acabaron de pasar uno de esos días que no se olvidan ¿por ser señalados en el calendario? No, por ser impresos en la piel de las emociones.

¡Gracias chicas por ser maravillosamente naturales¡