COMPRAS EXPRESS Y UNA MADRE A LA FUGA

—Pngtree—running girl free_4753345 ABUELA

Cuatro veces en dos meses o cada quince es mi única salida al exterior que he experimentado desde que comenzó el confinamiento, y lo hago para ir a comprar.

La primera vez que salí, iba con guantes pero sin mascarilla, aún era raro el verlas. En ese bautizo de fuego tras el estado de alarma, más que comprar parecía que iba a atracar un banco. Ese día llovía, en realidad todas las veces que he ido menos hoy llovía. Mi atuendo de primera salida era botas de agua, chubasquero, pantalón de chándal y coleta a la espera de un tinte. Lo de atracar no era solo por la indumentaria es que me sentí así entre los pasillos del super, tenía tanta presión por comprar toda la lista sin encontrarme con nadie, sin preguntar si quiera, con la distancia adecuada, que cada pasillo era como una trinchera desde la que un francotirador podía dispararte, iba deprisa pero sin tino, cogía dos y tres artículos de cada cosa porque además tenía que comprar para mi madre, apretaba tanto la garganta para no respirar fuerte que me sentía la garganta sequísima. El chubasquero hacía casi efecto invernadero y la lista interminable acabó en un carro que casi no podía mover, con una cuenta que nunca pensé pagar de un solo tirón.

Cuando me monté en el coche, respiré y bebí agua, creo que casi un litro o más porque es que sequita me había quedado, muy mal, muy mala experiencia pero por delante tenía 14 días para olvidar.

La siguiente salida ya iba provista con una mascarilla que mi madre había encontrado en su baúl de los recuerdos de cuando ella era estecista, ja,ja algo es algo, ese día me había hecho una lista por pasillos y me conciencié de ir un poco más sosegada. Al llegar, el guardia de seguridad me indicó que me echara el gel hidro alcohólico y con mi carro, mis guantes, mi lista, y mi mascarilla empañándome las gafas comencé a comprar. Esta vez la angustia fue menor, pero no estuvo exenta, porque respirar por la mascarilla cuyas gomillas no han resistido muy bien el paso del tiempo, intentando que no se cayera, mientras iba llenando el carro de combate con víveres para la guerra mundial z, en una carrera contrarreloj para salir de allí, no es de las sensaciones más placenteras, pero bueno por delante tenía 14 días para olvidar.

La siguiente salida decidí que iría por partes, compraría carne, verdura y pescados y pasaría por caja, guardaría en el coche y después volvería de nuevo para terminar la comprar y así lo hice, mucho más tranquila, sin sentirme víctima de un secuestro inminente como la primera vez y de nuevo tenía por delante tenía 14 días para olvidar.

Y hoy, nos planteamos que mi madre se viniera a comprar conmigo para así aliviar mi espalda que ha estado lumbalgica últimamente. No teníamos claro si podría ser, como vivimos juntas quizás estuviera permitido; nos metimos en internet, buscamos por edad, por franjas horarias, por el tipo de desescaladas y ya no sabíamos si mirar por numero del pie o por signo del zodíaco…en fin que nos hicimos las valientes y decidimos tirar para adelante. Preparadas, listas…

En el garaje a punto de montarse le dije: “Mamá, ¿llevas los guantes y la mascarilla?- “Sí hija, aquí están, ¿me los pongo ya?”- No sé mamá, en el coche no hace falta”.  Vamos saliendo del garaje:- “Irene”- me dice ella, “esta mascarilla se me cae, espera que voy a por otra” …Esperandoooooo. “Hija, de verdad es que esto es muy incómodo” -“Pero mamá, esa te queda bien”- “Sí, pero se me va a caer, ya veras”- “Mamá no te la puedes quitar desde que entremos hasta que salgamos”-. Y ella empieza a resoplar, y yo a reirme porque es tremenda. -“Bueno, nos vamos ya?” “Sí, venga vámonos”, – “¿Lo llevas todo?”- “Sí” –“Vale pues vámonos”. Y cierro la puerta del garaje. Ya vamos preparadas. -”Mamá, como vas?” –“Bien, ya me he puesto la mascarilla, llevo los guantes estos azules que me aprietan un poco, y los de repuestos, llevo las cuatro bolsas para la compra, el móvil lo he dejado y ya está”- “Muy bien máma, pues mira ahora cuando lleguemos, el guardia de seguridad”……”PARA, PARA” –“¿Qué?” –“Que pares…”- “¿Qué dices mamá? -“¿Qué des la vuelta, que no voy?”- “Pero mamá que solo te quiero decir que el guardia te va a decir…” Me interrumpe de nuevo, -“Que no, que pares, que me lleves a casa” -Yo la miré por el retrovisor, pensé que era coña, pero no, estaba un poco agitada.  -“Mamá que te va a decir que te pongas el gel en las manos, solo es eso”- “Que no, que no, que toma, mi lista y el dinero y que vayas tú, y que yo ya iré, pero hoy no…” y se bajó corriendo y me dejó llorando de risa, y así, de nuevo sola, acabé comprando una quincena más.

 Firma Blanca psd verde 3JUNTOS

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