Wellcome to Mallorca

Preciosa e Impresionante… así es Mallorca. La isla de ensueño que a tantos inspiró, destino de una pareja de valientes que siguiendo su instinto aterrizaron aquí, un día, cargados con una enorme maleta de sueños, ilusiones y proyectos.

“Wellcome to Mallorca, Irene” con un original cartel y dos enormes sonrisas me reencontré con Edu y Bole. Ahí comenzó nuestra gran aventura.

El Amor que los envuelve y les hace brillar,  me contagió, se metió en mi piel como un dulce aroma. Visiones fantásticas de la isla se mantienen fijamente en mi retina: la Catedral de Palma a altas temperaturas,  Valldemossa, un pueblo empedrado de cuento, la Torre de Verger de Banyalbufar un lugar al que el sol rinde pleitesía cada atardecer.

Al caer la noche, la casa de Edu y Bole se convirtió en un ir y venir de amigos. Sonrisas en un ático repleto de recuerdos, sentados a la mesa con todos aquellos que en estos momentos conforman su otra familia, sus mejores amigos de esta aventura mallorquina.

Al día siguiente, comenzamos la Ruta de los Molinos, no sabemos si equivocados o no acabamos riéndonos mucho con bambi y los rollos de paja. Después a Villa Sirena, un hotel enclavado en un paraíso de mar azul añil, donde las conversaciones se transformaron en confesiones. La ruta continuó por el puerto de Cala Figuera, y las calas del Moro, un lugar recóndito donde el mar se vuelve invisible sobre un manto de arena blanca.

Mallorca, en mi memoria. Edu y Bole en mi corazón, para siempre. Gracias pareja.