MI CASUALIDAD FAVORITA

MI CASUALIDAD FAVORITA

La historia de Amor de Raquel y Julio me enganchó desde el primer momento, porque a mí, eso de las casualidades, y de las vueltas que da la vida me parece de lo más romántico, y a mi, a romántica no me gana ni ‘La chica de rosa’. Siendo unos niños ya sintieron en su interior esa llamita que aún no tenía ni nombre, una luz que, una vez encendida, ni mil huracanes es capaz de apagar. Sin embargo, la vida tiene sus planes y las suyas corrieron por caminos diferentes durante muchos años; pero, a pesar de la distancia, aquella conexión emocional siempre estuvo ahí. La luz, tenue, seguía quemando la conciencia, y la misma vida caprichosa los volvió a unir, esta vez, al mirarse a los ojos, más maduros, más sabios, aquella luz estalló como los fuegos de Regla, y ya fue imparable. Así que cogidos de la mano decidieron no volver a soltarse jamás, y alumbrar aquel camino que juntos emprenderían de nuevo.

Así, con este precioso prólogo llegó el GRAN DÍA. En la casa familiar de Julio, los cogí ‘in franganti’ con el sidecar. La ilusión y las ganas se palpaban en los momentos previos en los que Julio, junto a su hermano Manuel, se iba a vestir de novio y su madre les regalaba todo su cariño en cada mirada. En casa de Raquel olía a blanco, a puro, a serenidad, a ‘por fin ha llegado lo que tenía que llegar’, y allí estaba ella, en su dormitorio maquillándose.

Es verdad que llega un momento en el que el reloj parece que comienza a correr, un instante en el que las ilusiones comienzan a salir disparadas sin control, como debe ser: el ramo sopresa de Julio, Juan, su padre, vestido de uniforme. Un video familiar sorpresa junto a su madre y su hermana. Ese momento ramo, ese momento amigo Rafa y velo. Momentos. Y por fin,  la llegada expectante del sidecar con un vecindario revolucionado.

Cuando los novios arrivaron juntos a puerta del Santuario de Regla, ésta, ante las sorpresa generalizada, aún seguía cerrada, pero con personas así, el buen humor no se pierde ni en los momentos de más tensión. Y llegó en Sí, Quiero, y sus ojos se reencontraron frente a la Virgen de Regla como tantas veces soñaron.

«Y ahora vivo en un sueño constante con la persona más importante de mi vida. La amo a no poder más, deseo morir a su lado y si hubiera la oportunidad de vivir otra vida la volvería a elegir a ella. Mi gran amor, mi Raquel, mi VIDA.» Julio

Y el día continuó. Lágrimas, risas, y emociones para los presentes y para los que desde el cielo se asomaron a arropar a la pareja. Y cuando el sol se sumergió en el horizonte los brindis y los buenos augurios llegaron en el Awa Beach Club, los sones del saxofón comenzaron a animar a una ya animada familia, donde los aperitivos se mezclaban con el ritmo y las ganas de vivir cada instante.

Después la noche se convirtió en música, en ganas de pasarlo bien, en deseos, en conjuros ascentrales de amor, en amigos y familias a un mismo son, y así, tras los ventanales, el mar seguía meciendo un instante que quedaría atrapado para siempre por la magia de la luz.

Gracias Raquel+Julio. Una delicia ser testigo de vuestro Amor.