SONES DE AMOR ETERNO

perfectamente el día que os conocí a los dos juntos, Cristi y Víctor, una pareja con un sueño. Nos tomamos un café en la Ibense, (seguramente yo una coca-cola porque nunca he probado el café) y mientras charlábamos descubrí porqué deseaba contar vuestra historia. Siempre lo digo, en ese primer momento debe producirse el «flechazo» mutuo. Durante la conversación pude sentir vuestros sueños, vuestras ilusiones, vuestras esperanzas  y vuestro deseo de vivir el día más importante de vuestras vidas a tope.

Vuestra historia es un regalo del destino, de la vida y es que cuando dos almas se reconocen no importa nada más. Durante un año de andanzas descubrísteis un millón de sensaciones nuevas, de retos por conseguir y sobre todo, afianzastéis una creencia sin igual y es que los que os quieren comparten su amor a raudales, a manos llenas sin pensar nada más que en vosotros y en vuestra felicidad.

Y llegó el GD (Gran Día vamos) y el sol brilló con fuerza y en realidad, cualquier tiempo atmosférico hubiera sido indiferente porque el sol lo llevabaís prendido ya en vuestros corazones. Poco a poco, los minutos comenzaron a gatear. A medida que se iban cumpliendo los momentos, las horas comenzaban a andar más raudas. Y cuando el Santuario os vio aparecer entonces descubristéis porqué se dice que el tiempo vuela.

El resto son momentos, son sensaciones, son lagrimas de felicidad, son sorpresas inesperadas, son reencuentros, son una manera absoluta de sobrepasar el deseo hecho realidad.

Con vosotros aprendí que el Carnaval no es una una festividad local es una manera de vivir y sobre todo entendí que el amor es de doble sentido y al ver cómo, vuestra familia y amigos, os quieren y cómo lo expresan, quedó claro que es la reciprocidad de lo que vosotros sentís hacia ellos.

Este fue, y así lo vivísteis al son de un amor eterno.