Amor en Alta Mar

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La Vida es como un barco en el que hay que embarcarse a ciegas y despúes dejar que el sol de la Felicidad lo inunde todo.

María, mágica y risueña, belleza y naturalidad, frescura y hermosura, sonríe a Manuel con esa sonrisa pícara que sólo la complicidad provoca.

Manuel, sereno y tranquilo la mira y ríe porque con ella es imposible ponerse serio, porque cuando sus labios se unen las chispas casi se palpan y porque la energía que desprenden salta por el aire en forma de luz y color.

La travesía de la Vida, tiene sus noches y sus días, sus luces y sus sombras, y María, a veces, se siente perdida en medio del mar, por eso Manuel siempre le ofrece su mano a modo de brújula.

Manuel, a veces, también se siente en medio de un gran océano, un lugar tan inmenso como la propia existencia, pero en esos momentos María, le sonríe.

En este viaje llevan de equipaje, belleza, juventud, alegría de vivir, y una lista de interminables días de Amor y pasión, porque el viaje es largo, porque la travesía no ha hecho más que comenzar, por que el próximo puerto al que están destinados se llama Felicidad y hacia él van.

Gracias pareja, sois pura vida.

Muchísimas Gracias a Maria por este magnífico Barco, en el que tanto hemos disfrutado captando la luz.

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